Foto: Stephanie Keith, AP |
En la literalidad de esta imagen se lee esto: una
manifestante de Occupy Wall Street (una
de tantas) es arrestada (como tantos) en la encerrona que les montó la policía
de Nueva York sobre el puente de Brooklyn. Pero, ay, las imágenes a veces tienen
otras lecturas más allá de la literalidad, y a veces esas lecturas se elevan
sobre la literalidad hasta cubrirla con su sombra inmensa, como cubre la tierra
la sombra del ave que se eleva hacia el sol. Son lecturas que resultan no de lo
que la imagen muestra, sino de lo que la imagen expresa. Son lecturas
condicionadas por años, siglos de cultura iconográfica estampados, superpuestos
(como en un palimpsesto) sobre la retina del lector.
Así que en esta imagen también se lee esto: la inocencia
mancillada por la fuerza bruta. Y también: la joven, frágil doncella eleva a
los cielos su rostro angelical y la mirada de sus ojos cándidos, mientras sobre
la tierra los sicarios del emperador, enfundados en sus siniestros uniformes
oscuros, la cargan de cadenas ¿A qué recuerda esto? Humm… el palimpsesto vibra
con múltiples resonancias.
Por eso esta foto de la agencia AP, de entre los cientos de
fotos tomadas a los cientos de manifestantes arrestados en el mismo sitio y a
la misma hora, está siendo la más reproducida.
Por eso esta foto de Stephanie
Keith, a partir de ahora, va a reproducirse ad náuseam. Casi tanto como el retrato del Che que hizo Korda y quizá
más que la foto del miliciano español alcanzado por un balazo que hizo Kappa. Chesucristo,
el guerrero caído
y, ahora, he aquí la síntesis… Juana
de Arco.
Tal parece que al movimiento indignado le ha sido otorgado
su icono. O su estampita.
1 comentario:
¡Hermosa doncella, a fe mía!
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