
Toda ficción es, en el fondo, autobiográfica. Todo escritor de ficción habla, en el fondo, de sí mismo. En un escritor como Bukowski esto es evidente. Una vez escribió una novela llamada
Mujeres, en la que un poeta cincuentón llamado Chinaski desgrana su
angst existencial mientras deambula de mujer en mujer. Cualquier lector habitual de Bukowski sabe, y cualquier lector casual de Bukowski intuye, que Chinaski es una máscara literaria que se pone Bukowski para hablar de sí mismo.