Parece increíble, pero he encontrado a alguien que no sea del PP y/o no sufra delirium tremens que opina que la política económica del gobierno español es la adecuada y , gracias a ella, España va bien: se llama Guy Sorman, y es un pensador y economista neoliberal francés; también afirma,sin atragantarse, que la economía es una ciencia “relativamente exacta y, al fin y al cabo, eficaz” (usted, no se ría). Todo ello lo ha dejado escrito en un artículo reciente:
«En España el rigor intransigente del gobierno liberal, que no se inmuta por las protestas, da los primeros resultados positivos. La baja de los salarios, una especie de devaluación interna sin dejar el euro, redujo los costos laborales muy por debajo de la media de la zona euro (-30%, según el banco Arcano), mientras que la productividad está solo un poco por debajo de la media europea (10%). La economía española se reanima: desde el año 2008, las exportaciones españolas crecieron un 17%, frente al 12% en Alemania y un 5% en Francia. Renault, que suprime empleos en Francia y suprimiría más si el gobierno se lo permitiera, anunció la creación de 1.300 nuevos puestos de trabajo en España, junto con Ford y PSA para aumentar su producción. PIMCO, el mayor gestor mundial de bonos de la deuda pública, se desentiende de Alemania, cuyos bonos no producen nada e invierte en bonos españoles, que están ahora mejor considerados y no ofrecen mayor riesgo. ¿Podemos concluir que la austeridad está salvando a España?
O sea: según Monsieur Sorman, gracias a que los trabajadores españoles ganan un 30 por ciento menos y, en buena parte, subsisten de las pensiones que cobran sus padres jubilados, España mejora. Y mejorará mucho más si los trabajadores españoles aguantan en esta situación otros tres años más. O sea, que España va bien gracias a que los trabajadores españoles (incluyendo en la categoría a los asalariados, a los autónomos, a los pequeños y medianos empresarios y a los funcionarios) se han empobrecido un treinta por ciento, y los jubilados deben quitarse el pan de la boca para dárselo a sus hijos, que ya deberían poder ganárselo solos. Ergo, España va a mejor gracias a que la inmensa mayoría de los españoles van a peor. Y eso, ¿cómo se come? Porque si los trabajadores y los jubilados van a peor no pueden ser España; sería un contrasentido.
Entonces, ¿quién es España? Pues, aplicando el razonamiento de otro pensador francés, Descartes, tienen que ser necesariamente los que están yendo a mejor; o sea, según el mismo Monsieur Sorman: Renault (francesa), Ford (norteamericana) y PSA (o sea, Peugeot-Citröen, francesa), que pueden fabricar más barato en España (ganando más ellos y pagando menos a sus trabajadores españoles); y PIMCO, multinacional que invierte en bonos españoles para que sus beneficios vayan a parar a las cuentas en paraísos fiscales de su clientela de multimillonarios repartidos por los cinco continentes.
Pero entonces ya nos dirá Monsieur Sorman qué puñetero interés podemos tener los trabajadores y jubilados españoles en que España mejore. Y qué salimos ganando aceptando ser un tercio más pobres, si no pertenecemos a esa España que mejora; sólo somos su carne de cañón.
Salvo, claro, que decidamos montar una España por nuestra cuenta, quitando de en medio a esa otra España que mejora a costa de nuestra miseria siguiendo los postulados de otro ilustre pensador francés: Robespierre.
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