miércoles, 28 de enero de 2009

El poderoso coño de Daniela

Las fiestas navideñas son días complicados en la cárcel, porque cierran los talleres y los presos se aburren sin nada que hacer. Para los que han disfrutado de permiso y han pasado la fiesta en familia es aún peor, por el contraste que supone volver al día siguiente a ese mundo de celdas, muros, barrotes y tedio. En esos días el fantasma de la depresión adquiere consistencia y se pasea por las galerías, engordado por los villancicos que se oyen al otro lado de los muros y las lejanas luces que se ven más allá de los barrotes.
Para conjurar ese fantasma, o distraer la atención de él, muchas instituciones penitenciarias elaboran un programa de actividades. La de Picassent (Valencia) programó, para el día de después de año nuevo, un espectáculo de variedades, al que asistieron unos 230 presos de los calificados de “buen comportamiento”, programa que incluía músicos, humoristas, un mago que sacó un conejo de una chistera y al final, como guinda, El Doctor Amor: un numerito erótico a cargo de Daniela, una stripper de rotunda belleza morena que salió al escenario vestida de enfermera, bailó un poquito, se desnudó con arte o con picardía (subráyese lo que se prefiera) se untó los pezones con leche condensada, enseñó el conejo, como el mago (¿cómo sería? ¿frondoso, lampiño o con bigotillo de Hitler? Hmmm...) recibió aplausos y se marchó entre gritos de “¡guapa!” y quizá algún epíteto algo más soez, aunque ella ha dicho que lo que más le llamaron fue guapa.
Y eso fue todo. Los presos de buen comportamiento hicieron honor a su calificación, y se comportaron bien: no se registró ningún incidente, y cuando acabó el espectáculo los presos se retiraron ordenadamente a sus celdas, donde probablemente muchos de ellos se harían una íntima paja soñando con Daniela y olvidándose por unos instantes de los muros, los barrotes y el fantasma de la depresión que ronda por las galerías. O sea, que el espectáculo cumplió con la función a la que iba destinado y aquí no ha pasado nada.
Pues sí ha pasado, y mucho. Un escándalo mayúsculo. Al día siguiente Acaip, el sindicato de funcionarios, le pidió airadas explicaciones al alcaide por unos hechos “que cabría calificar, al menos, como escandalosos” (repitan conmigo y con Rapahel: escándalo, es un escándalo) Yo creía que, a estas alturas del siglo, de un espectáculo de estriptís ya no se escandalizaba ni mi abuela la del pueblo, pero va a resultar que mi abuela es la mar de moderna...
Los motivos de escándalo fueron, el primero, que “Se desnudó integralmente” (o sea, que el problema es que enseñara el conejo. Pues el mago también lo hizo, y no le dijeron nada...); “se acercó a los internos para que pudieran frotarse contra ella”, “se dedicó a tocar los genitales (les tocó los cojones) a un grupo de internos” y “introdujo un “vibrador” (¿por qué el entrecomillado?) en la boca a (de) al menos, uno de ellos”.
Daniela discrepa. Dice que en todo momento se sintió muy bien tratada por el público, que nadie la tocó y nadie la faltó al respeto. Que sí, subió a dos reclusos al escenario y los sobó un poquito, pero no en los genitales, y que el vibrador con comillas no llegó a traspasar la frontera de tus labios ni la barrera de tus dientes de perla, ni mucho menos llegó a sumergirse en el océano de tu boca para entrelazarse con el leviatán de tu lengua. Vaya, que fue más lo imaginado que lo visto y la trataron como a una reina.
Pero en el comunicado de Acaip aún hay más: afirma que varias funcionarias que se encontraban presentes abandonaron el recinto porque “se sintieron totalmente degradadas”. Posteriormente Macu Gimeno, de la Intersindical Valenciana, diría que aquel espectáculo fue “vergonzoso” y "contra la dignidad de las mujeres”. Y más a toro pasado, una tal Yolanda Besteiro, presidenta de la AMP, que no es la Alianza de Monjas Puritanas aunque dé esa impresión (por sus obras los conoceréis. Mateo, 7.20), sino la Asociación de Mujeres Progresistas, se quejó por el espectáculo, porque “refleja a la mujer como un objeto de deseo”.
Pobre Daniela, cómo se ensañan a insultarla las supuestas defensoras de la dignidad de las mujeres: que si humillada, que si degradada, que si indigna... Yo de ella me cabrearía, y mucho. De hecho, así ha sido: ha calificado el alboroto de inaceptable, machista y ejercicio de doble moral. Razón no le falta.
Pero vayamos por partes: ¿Por qué que una mujer se desnude en público es degradante para TODAS las mujeres (particularmente, es curioso, para las que no lo hacen)? Vamos a suponer que el numerito de Daniela sea realmente degradante (supuesto con el que no estoy en absoluto de acuerdo... ni ella, que al parecer se sintió como una Diosa adorada). Entonces la única degradada sería ella, o sus espectadores. El mismo argumento me vale para rebatir la santa ira de Macu Gimeno: aún en el supuesto de que la actuación de Daniela fuera humillante (yo no lo creo, pero eso no afecta a la argumentación) la única humillada sería ella. Es absurdo extender la culpa a todos los de su sexo, etnia, nacionalidad, especie o vecindario. En cuanto a la Madre Superiora Yolanda Besteiro... Señora Besteiro, las mujeres son muchas cosas, y también,objetos de deseo. Lo mismo que los hombres. Y a todos, hombres o mujeres, nos gusta ser objeto de deseo alguna que otra vez. Al menos, a mí me gusta serlo (por desgracia, a medida que pasan los años, cada vez lo soy menos) y si usted no se ha sentido nunca objeto de deseo, señora Besteiro, créame que la compadezco muy sinceramente.
Ya hacia el final, el comunicado de Acaip da una razón no basada en la moralina para justificar su rechazo al numerito sexy de Daniela: recuerda que entre el público había algunos reos por delitos sexuales y que se podría haber producido algún alboroto por soliviantamiento de líbidos mal domesticadas. Vamos, que donde hay pólvora no enciendas una yesca, por si acaso, y que allí se podría haber liado parda. No fue así, y ahora que lo pienso los delincuentes sexuales nunca delinquen en público, sino a escondidas, pero bueno, el argumento es lógico y razonable. Lástima que sea el que se ofrezca en último lugar, y de propina.
Ante los reproches, el alcaide de la prisión se disculpó, admitiendo que programar aquel espectáculo “fue un error” y como disculpa arguyó que no conocía el contenido del número, y no sabía que iba a acabar en desnudo integral: que creía que la cosa no pasaría de un topless. Imagínense el susto cuando Daniela se quitó el tanga. En ese momento, la subdirectora de tratamiento del centro, que asistía al espectáculo, según cuentan, chilló de indignación: le indignó ver aparecer un conejo en el escenario sin salir de la chistera de un mago. Cuánto poder tiene el coño de Daniela.

5 comentarios:

Pupila dijo...

¡Qué arriesgada!, es lo único que quiero decir sobre esta mujer que baila entre presos.

Me gustan tus fotos (imagino que son tuyas, ¿no?).

Me gusta como -o lo que- escribes.

Volveré a dar otras vueltas.

P.

Xavier B. fernández dijo...

Gracias por los halagos, pupila. Y sí, las fotos son mías. O, al menos, las hice yo.
Vuelve para darte todas las vueltas que quieras. Estás en tu casa.

Anónimo dijo...

Hola, he llegado a tu pagina por casualidad y me he quedado a leer el articulo. A pesar de ser del año pasado y con la incertidumbre de no saber si todo el rollo que voy a soltar sera en balde, me gustaria contestar, en parte porque estos hechos acontecieron en la localidad de donde soy ciudadana.
En primer lugar, creo que un espectaculo erotico no es lo mas adecuado para llevar a la carcel. Nos olvidamos de que son presos, son personas que llevan tiempo reclusos, que no han catado mujer en mucho tiempo. Ponerles a una mujer delante, que juegue con ellos semidesnuda, los toque, los seduzca, les haga tener una intensa ereccion para despues volverse a poner la ropa y marcharse, es cuanto menos cruel. Y ya no es por los propios presos en si, sino por la mujer. Ella como stripper dira que la trataron muy bien -que va a decir, lo importante es "quedar bien" con el cliente- y que menos, pues los reclusos eran los mas suaves, los de mejor comportamiento. Como se han portado bien, tienen un premio.
Me ha encantado la puesta en escena del articulo, recreando la vida de los demas presos en sus casas y lo jodido de los que tienen que estar en la trena los dias de Navidades. Me ha encantado porque es como si quisiera despertar conmiseracion del pobre preso encerrado... pero es que, precisamente para eso son las carceles, para estar encerrados y lleven un proceso de reflexion, de maduracion y asimilacion.
Tambien a los soldados los tienen alejados de la familia, les imparten disciplina y no les llevan shows de striptis.
Ahora quiero dejar bien claro que no estoy en contra de los shows de striptis. Ello no quiere decir que los comparta, pero no por ser mujer, es que me parece lamentable tanto si es una mujer como si es un hombre, ver a un monton de gente alrededor babeante.
En esto sois mas participes los hombres y pedis comprension para con este tipo de espectaculos. Mira, la razon por la cual muchas mujeres reprueban este tipo de actos, no es por la desnudez ni el porno, sino el respeto a la mujer en si. A la persona. Donde muchos hombres ven a una tia en pelotas, toda cañon, lanzandole toda clase de improperios, nosotras vemos a una persona en posicion de inferioridad frente a una masa de tios empalmados. Ella es el objeto, deja de ser una chica con nombre para convertirse en un cuerpo con tetas y genitales que excita, en algo bonito que rinde homenaje al hombre y lo complace, puramente un utensilio de excitacion y nada mas que eso. Hablamos del striptis femenino, pero tambien puedes ponerlo en masculino, si te place. Entiendo a esas mujeres que se largan, no porque les repugne el desnudo, sino porque el espectaculo en si es lamentable y no pidais que las mujeres lo entendamos.
Si es cierto que el striptis masculino cobra mas fuerza hoy en dia, pero sabeis que? Que a las mujeres, si las preguntas, eso no las excita, no somos visuales. Nosotras vamos a ver striptis masculinos (hablo en general) porque es lo que "toca", porque estamos equiparandonos al hombre, por derecho, como vosotros lo haceis pues nosotras tambien. Si... te ries... los chicos son guapos... jiji... jaja... pero vaya tonteria con las amigas, no hay mas.
Los presos se la machacarian aquella noche pensando en Daniela, los que tengan mujer e hijos se la machacarian tambien, pero con un hilo de remordimiento. Incluso se habran sentido satisfechos los funcionarios de la prision, excepto las mujeres, que no prohibieron nada (no se si tendran voz y voto, si la opinion de ellas cuenta para algo) pero que se dieron la vuelta, para no ver a unos presos de coitus interruptus echarle piropos a una Daniela desatada, bajo la atenta mirada de los carcelarios. Que espectaculo! Ver como esos pobres babeaban ante el escaparate de la tienda, sin poder saborear el caramelo.

Xavier B. fernández dijo...

En efecto,hace ya casi un año que el affaire Daniela se convirtió en polvo que se llevó el viento del olvido, pero el comentario es razonable y razonado y publicado queda. Naturalmente no estoy de acuerdo con muchas de sus afirmaciones, pero contra ellas ya argumenté en el post y para qué repetirme. Sólo comentaré un punto. Sí, me parecen dignos de conmiseración (o compasión) los presos que deben pasar las navidades en la cárcel, al margen de lo que hayan hecho y sin discutir que se merezcan estar en la cárcel. Hasta una rata merece compasión, cuánto menos un hombre (o una mujer) al margen de cómo se haya portado.
Y no, la cárcel no es para eso, al menos en nuestra legislación: es para a)reeducar a los delincuentes para que vuelvan a ser miembros funcionales de la sociedad, y b) mantener alejados de la sociedad a elementos potencialmente peligrosos para ella, mientras se cumple el apartado a. Lo de la cárcel como castigo es cosa de medievales y norteamericanos.

Xavier B. fernández dijo...

Lo de "se convirtió en polvo" no va con segundas. Lo juro.