viernes, 9 de agosto de 2024

Groucho y Chico, abogados de Puigdemont

 


EL REPARTO:

FLYWHEEL: Groucho Marx.

RAVELLI: Chico Marx.

PINKY: Harpo Marx.

PUCHI: El molt honorable Carles Puigdemont.

LA SECRETARIA: Laura Borràs.

MIRIAM NOGUERAS: herself.


Se abre el telón. Aparece Puchi sentado tras una mesa de su despacho, hablando por teléfono. Por algún elemento del decorado (un busto de Napoleón pintado con los colores de la Estelada, por ejemplo) se sugiere que la escena sucede en Waterloo.

 

PUCHI: (al teléfono) Sí, Lluís, sí, asistiré a la sesión de investidura. Te doy mi palabra ¿Cuándo he faltado yo a mi palabra?... Bueno, sí, cuando prometí que proclamaría la república, pero aparte de eso… Sí, cuando prometí que no la proclamaría, pero, aparte de eso…y cuando prometí que estaría allí al día siguiente, pero, aparte de eso.... vaya cara se le debió poner al gordo de Junqueras aquel día, por cierto. Habría pagado por verla.  Ah, sí, y cuando prometí que iba a estar presente en las elecciones… pero, aparte de eso siempre he cumplido mi palabra, ¿no?... Ah ¿No? ¿Qué cinco mil euros que te dije que te devolvería?... ah, eso… Es que, Lluís, compréndelo, la independencia no sale gratis… tots hem de fer sacrificis. Oye, te prometo una cosa: cuando hagamos efectiva la independencia y yo sea otra vez President de la Chene de pleno derecho, cambiaré el himno oficial, dels Segadors, a L’Estaca… la de royalties que vas a cobrar, cabrón. Oye, que te doy mi palabra ¿Cuándo he faltado yo a mi palabra? ¿Lluís? ¿Lluís? Vaya, ha colgado. Y sin despedirse.

Entra la secretaria.  

SECRETARIA: Molt Honorable President, ha venido a verle el señor Flywheel.

PUCHI: ¿Quién?

SECRETARIA: Su abogado, Molt Honorable President. El señor Flywheel, del bufete Flywheel and Company. Con dos ayudantes.

PUCHI: Aquí debe haber un error. Mi abogado es el panchito ese ¿cómo se llama? Boye, o algo parecido…

SECRETARIA: Ya no, Molt Honorable President ¿No se acuerda? Renunció. Dijo que estaba hasta los collons de que él le aconsejara algo y usted hiciera lo que le daba la gana. Tuvimos que buscarle otro…

PUCHI: Qué contrariedad. Y ¿qué hace ahora el panchito ese?

SECRETARIA: No lo sé. Creo que se fue a Turquía, Molt Honorable President.

PUCHI: Habrá ido a hacerse un injerto de pelo. Ya le conviene, ya, porque además de feo y sudaca, es más calvo que el chocho de una Barbie. No sé cómo se me ocurrió contratarlo como abogado.

SECRETARIA: Porque era el único que aceptó hacerse cargo de su caso, Molt Honorable President. Por una morterada, eso sí.

PUCHI: no te preocupes por eso, que lo pagan los pringad… los patriotas de pedra picada que hacen donaciones al Fons de Resistència. Cataluña está llena de pringad… de patriotas dispuestos a sacrificarse por el país. Incluso si el sacrificio implica rascarse el bolsillo. Que ya sabemos que eso, para un catalán, es muchísimo sacrificio.

SECRETARIA: Pues menos mal, porque el alquiler de este palacete con piscina en Waterloo no es moco de pavo.

PUCHI: Y mira que hay abogados de campanillas en Barcelona, y que ninguno haya querido aceptarme como cliente… botiflers, que son todos unos botiflers. Traïdors a la Pàtria. Pero esos Flywheel no me suenan ¿Son buenos?

SECRETARIA: No le sabría decir, Molt Honorable President. Buena fama, lo que se dice buena fama, no tienen. Pero son los únicos que han aceptado hacerse cargo del caso.

PUCHI: Por una morterada, imagino.

SECRETARIA: Por morterada y media. Pero es que ni pagándoles lo mismo conseguíamos a nadie. Un abogado de Barcelona llegó a decir que no tocaba ese asunto ni con un palo de dos metros.

RAJOY: Está bien. Quin remei. Que pasen, que pasen.

Entra GROUCHO, en el papel de Flyhweel, seguido de CHICO, en el papel de Ravelli, y HARPO, en el papel de Pinky. Avasallando, los tres se suben al escritorio, rodeando a Puchi.

GROUCHO: ¡Más madera! ¡Es la guerra! ¡Paren las rotativas! ¡Mi cliente no contestará ninguna pregunta si no es en presencia de su abogado!

CHICO: Pero jefe, si usted es su abogado, y está presente.

GROUCHO: ¿Puede usted demostrar eso?

CHICO: Pues… ¡telegrama para el señor Flywheel! ¿dónde está el señor Flywheel?

GROUCHO: ¡Aquí! ¡Presente!

CHICO: ¡Ajá! ¿Lo ve? Ha dicho presente. Luego está presente.

GROUCHO: Puedo haber mentido. Al fin y al cabo, soy abogado. En fin… ¿quién es el pollo al que tengo que desplumar, digo representar?

SECRETARIA: Oiga, un respeto. Su representado es el Molt Honorable President de la Generalitat de Catalunya.

GROUCHO: Caramba, vaya título más largo para un pollo tan bajito ¿Ya le cabe? A usted sí le cabría. Vaya pedazo de mujer. Parece una jugadora de baloncesto subida a un taburete.

SECRETARIA: Oiga, no sea tan grosero.

GROUCHO: ¡Vaya! ¿me ha oído desde ahí arriba? Pero dígame, ¿usted no es la consellera que guindó tanto dinero en contratos públicos? ¿De cuánto dinero estamos hablando? ¿quiere usted casarse conmigo? conteste a la primera pregunta.

SECRETARIA: Varios millones, según el juez. Pero eso es un infund...

GROUCHO: ¿Varios millones? ¿Es que no se da cuenta de que estoy diciendo que la amo? casémonos inmediatamente. Usted paga la boda.

Mientras tanto, Harpo ha sacado del interior de su gabardina un sillón de barbero, ha obligado a Puchi a sentarse en él, le ha envuelto en una sábana ajustada al cuello y, con unas enormes tijeras que también ha sacado del interior de su gabardina, se dispone a cortarle el flequillo…

PUCHI:¡Oiga! Pero ¿Qué hace? ¡El flequillo no!

GROUCHO: Ay, qué muchacho. Es que le gusta tomar el pelo a la gente. En eso se parecen, es lo que usted ha hecho con todos los catalanes. Y algunos encima le ríen la gracia…

PUCHI: ¡Oiga! ¿qué insinúa?

GROUCHO: Yo soy como TV-3 o el diario Ara: mientras usted me pague bien, yo insinúo lo que quiera. Y a la giganta del pi esa de ahí, también le insinúo lo que quiera, y gratis. Siempre y cuando alguien me preste una escalera (canta) para subir al madero para quitarle los clavos a Jesús el nazarenooo…

CHICO: No cante eso aquí, jefe.

GROUCHO: ¿Por qué no? ¿no hay sequía en Cataluña? ¿No quieren que llueva?

CHICO: Sí, pero es una canción muy charnega de Serrat, que también es charnego, y a los de aquí no les gusta lo charnego…

GROUCHO: Ah, bueno, pues entonces les cantaré la estaca, que es más catalana com cal y más sugerente. ¿Quieres que te meta la estaca, vaca mía?

SECRETARIA: Per Déu, qué desagradable es usted…

GROUCHO: ¿Verdad? Y eso que no me ha visto desnudo… todavía. Pero la noche es joven.

PUCHI: Bueno, dígame, ¿Cómo va a defender mi caso, señor Flywheel?

GROUCHO: En primer lugar, lavaremos su imagen (se remanga) Ravelli, traiga una manguera y veinte litros de lejía. Esto va a ser un trabajo duro…

CHICO: Esto no se lava ni con cien litros de lejía, jefe.

GROUCHO: Bueno, siempre podemos hacerle un cambio de imagen (a Harpo) Muchacho, cámbiale la imagen.

Harpo asiente, saca un gran mazo de madera de la gabardina y le propina a Puchi un contundente mazazo.

PUCHI: ¡Ay!

GROUCHO: He dicho que se la cambies, no que se la deformes. La idea es que se le vea mejor.

Harpo hincha los carrillos y sacude la mano, expresando que eso es muy difícil.

GROUCHO: Míralo por el lado bueno. Ha quedado tan mal con todo el mundo, que peor no puedes dejarle.

De pronto Harpo tiene una idea, saca una bolsa de papel del interior de la gabardina, le practica dos agujeros para los ojos y cubre con ella la cabeza de Puchi, y pinta sobre ella una boca sonriente.

GROUCHO: Buena idea, así mejora mucho. Pero debería vérsele la cara. Es un capricho: la gente quiere saber cómo la tiene.

CHICO: Pues yo diría que bastante dura.

GROUCHO: Es cierto, en esa cara se podrían partir almendras. (a Harpo) Bueno, tú haz lo que puedas.

Harpo asiente, le quita la bolsa de la cabeza a Puchi, le encasqueta una barretina hasta las orejas, le embadurna la cara con espuma y procede a afeitarle.

PUCHI: (por entre la espuma de jabón) Pero oigan, yo no les he contratado para mejorar mi imagen. Lo que quiero es que me apliquen la amnistía de una puta vez…

GROUCHO: Eso es fácil. Diga que lo de la independencia fue de mentira.

PUCHI: Eso nunca.

CHICO: Es que fue de mentira…

PUCHI: Durante cinco segundos, fue de verdad.

GROUCHO: Pues diga que no fue su responsabilidad, que usted no es president de la Generalitat.

PUCHI: ¡Es que lo soy!

GROUCHO: Desde que usted se largó a Waterloo, se han elegido dos presidents más, y ahora ya son tres.

PUCHI: Pero yo soy el único President legítimo.

GROUCHO: ¿Alguien se cree eso cuando lo dice?

PUCHI: Claro que sí ¿Quién piensa usted que me da dinero para que pueda vivir en este palacete?

 GROUCHO: Caramba, tiene usted montada la estafa más fina de la historia.

PUCHI: no es una estafa: nunca renuncié al cargo, y nunca traspasé el poder. Luego, sigo siendo el presidente legítimo.

GROUCHO: Ah, un tecnicismo pillado por los pelos. Asombroso ¿y le funciona? Se merece usted el título de Águila de la Ley más que yo.

CHICO: Jefe, a usted no le llaman el águila de la ley. Le llaman el buitre de los juzgados.

GROUCHO: Bah. Otro tecnicismo ¡Basta! ¡A trabajar! ¿Dónde está esa gigantesca beldad?

Entra Miriam Nogueras.

MIRIAM NOGUERAS: ¿Alguien me llamaba?

GROUCHO:  ¡Dios santo! ¡Ravelli, avise al zoológico, rápido! ¡Dígales que se han dejado abierta una jaula!

MIRIAM NOGUERAS: ¡Qué desagradable y zafio es usted! ¡Seguro que es español!

GROUCHO: Ravelli, saque a esa cosa de aquí o tendré pesadillas por la noche.

Chico se marcha con Miriam Nogueras. Groucho coge el teléfono.

 GROUCHO: ¿Oiga? Es usted la secretaria que parece una jugadora de baloncesto subida a un taburete?

SECRETARIA: ¿Ahora qué quiere?

GROUCHO: Lo primero, saber si está usted vestida adecuadamente. Si no lo está, venga aquí ahora mismo. Si lo está, vaya a desnudarse. Y de paso encargue un refrigerio, que tenemos almuerzo de trabajo: traiga cuatro raciones de jamón de Jabugo, cuatro raciones de langostinos, cuatro raciones de esqueixada de bacalao, cuatro raciones de butifarra con mongetes, cuatro botellas de ratafia, cuatro de whisky, cuatro de cava…

HARPO: (toca la bocina) Moooc, Moooc…

CHICO: Y dos huevos duros.

GROUCHO: Y dos huevos duros. También ponga cuatro relojes de pulsera con diamantes, cuatro toneladas de confeti, cuatro deportivos descapotables, cuatro fiestas de cumpleaños con payasos, cuatro viajes al Caribe con los gastos pagados…

HARPO: (toca la bocina) Moooc, Moooc…

CHICO: Y dos huevos duros.

GROUCHO: Y dos huevos duros. Póngase usted un bikini, tiéndase sobre una bandeja de plata y haga que nos la traigan con el resto. Mande la factura al Fons de Resistència, estoy seguro que los aguerridos patriotas catalanes la pagarán con gusto. (cuelga) Bueno, ¿Por dónde íbamos?

CHICO: Quería ponerse a trabajar…

GROUCHO: ¿En serio? Debía estar enfermo y deliraba… Bueno, en fin, tenemos que preparar nuestra línea de defensa. Y la mejor defensa siempre es un buen ataque. Así que empezaremos por querellarnos contra todo el mundo. …

PUCHI: Pero yo no quiero querellarme. Sólo quiero que me amnistíen. Y que me reconozcan como el legítimo President, para poder cobrar la pensión.

GROUCHO: No sea pesado, hombre. Todo lo que tiene que hacer es permanecer callado. Así se olvidarán de usted pronto.

PUCHI: ¿Callado? ¡Nunca! ¡Yo soy la voz de la Cataluña oprimida! ¡No nos callarán nunca! ¿Me oye? ¡Nunca!

Harpo le tapa a Puchi la boca introduciéndole la brocha de afeitar.

GROUCHO: Bien hecho, muchacho. Veo que has comprendido mi línea de defensa. (coge un papel de encima de la mesa de Puchi) Vaya, ¿qué es esto?

CHICO: (coge otro papel igual) Es el programa del procés por la independencia de Cataluña.

GROUCHO: Ah, ¿Y qué dice?

CHICO: Dice que no le costará ni un duro a los catalanes.

GROUCHO: Vaya trola más gorda. Eso es una prueba en contra de nuestro cliente. Hay que destruirla (rompe un trozo del papel. Chico hace lo mismo) ¿Cuál es la siguiente cláusula?

CHICO: Readmisión inmediata de Cataluña en la Unión Europea.

GROUCHO: Otra trola. Esto también hay que destruirlo (rompe otro trozo. Chico hace lo mismo) ¿Qué dice a continuación?

CHICO: No se tocarán las pensiones ni el sistema público de Seguridad Social.

GROUCHO: Esto también fuera (rompe otro trozo. Chico hace lo mismo) ¿Siguiente cláusula?

CHICO: La siguiente habla de los impuestos recuperados ¿se lo leo?

GROUCHO: No hace falta. Seguro que no dice lo que debería decir (rompe otro trozo. Chico hace lo mismo). ¿Siguiente cláusula?

CHICO: No sé… ¿qué le parece si…? (hace ademán de romperlo).

GROUCHO: Me fio de su palabra (lo rompen los dos al unísono. Ya solo queda una tira muy estrecha de papel).

CHICO: Ya sólo queda una promesa electoral.

GROUCHO: ¿Y cuál es?

CHICO: Dice: “La parte contratante de la primera parte será la parte contratante de la primera parte”.

GROUCHO: Bueno, eso sí lo pueden cumplir (le pone el trocito de papel a Puchi en el bolsillo. Harpo lo ha atado a la silla con el cable del teléfono, y lo mantiene amordazado con la brocha en la boca) Tenga, buen hombre, y no me lo agradezca. Para mí es suficiente recompensa la gran cantidad de dinero que me va a pagar por la minuta.

Entra una comitiva de camareros de librea, portando bandejas con todo lo que ha pedido Groucho antes, incluida Laura Borràs en bikini, tumbada sobre una bandeja de plata particularmente larga.

GROUCHO: Ah, no, aquí no. Llévenlo todo a la piscina, si son tan amables. El president ahora está muy ocupado y no debe ser molestado.

CHICO: Sí, tiene que trabajar por el bien de Cataluña.

HARPO: Moooc, Moooc (toca la bocina).

CHICO: Y por dos huevos duros.

GROUCHO: Y por dos huevos duros.

Los hermanos Marx salen, seguidos por toda la comitiva de camareros, dejando solo en escena a Puchi, atado a la silla, con el babero blanco y la brocha de barbero en la boca. Telón.

 

martes, 1 de febrero de 2022

Eurovisión, o la normalización de la deshonestidad

 

Que la selección, supuestamente democrática, de la cancioncilla que se va a enviar a concursar en Eurovisión esté tan obviamente amañada que todo el mundo se haya dado cuenta no tiene, en principio, mayor trascendencia. De la misma forma que un premio literario convocado por una editorial esté tan obviamente amañado (no diré nombres, tampoco hace falta:  la descripción le cuadra a varios, convocados por distintas editoriales, y todo el mundo lo sabe, porque todo el mundo se da cuenta) que resulte obvio que sólo sirve para que la editorial en cuestión promocione al escritor (más frecuentemente escritora) que le parece mejor (indefectiblemente, alguien famoso por salir en los mass media y/o perteneciente a la cuadra de la editorial en cuestión), tampoco. Total, se trata de una cancioncilla que, aunque gane, está condenada al olvido eterno tras unas cuantas semanas de machaque en las emisoras de radio. O de una novela cuyo destino, también, es el olvido eterno, tras unas semanas en el ranking de los más vendidos. Muy lejos quedan los tiempos en los que los premios avalaban obras de tanta trascendencia histórica como Nada, de Carmen Laforet, o Los mares del Sur, de Vázquez Montalbán, es cierto. Pero conviene no olvidar que hoy en día se llevan las novelas kleenex, de usar y tirar; como conviene no olvidar que las editoriales son, al fin y al cabo, empresas privadas dedicadas al muy legítimo propósito de obtener beneficios monetarios, para las que un premio supone una inversión económica importante, y tienen perfecto derecho a rentabilizar esa inversión como mejor les parezca, y a promocionar los productos que supongan más promocionables. Es su negocio, es su dinero y no le hacen daño a nadie.

O quizá sí.

sábado, 9 de octubre de 2021

Premios No-Nobel: quince escritores que no ganaron el Nobel

 


Pues ya hay nuevo premio Nobel de literatura, y, como cada año, no es Murakami; y, como cada año también, o casi, es alguien de quien nada puedo decir porque nada sé, ni siquiera que existiera. Es como un chiste recurrente, cansino a fuerza de repetitivo. Bueno, son dos chistes.

sábado, 18 de septiembre de 2021

nuevas entradas para una ampliación del Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce

 

B

 

Banco

Mueble sin partes acolchadas en el que pueden sentarse a la vez varias personas, mientras el susodicho las despoja de cuanto dinero puedan llevar encima.

 

 

C

 

Caimán

En Cuba, reptil anfibio de la familia de los aligatóridos que se va para Barranquilla.

 

Coño

Órgano urogenital alrededor del cual suele encontrarse una persona del sexo femenino. No tiene funciones neuronales, pero, según algunos entendidos (principalmente, tertulianos) puede sufrir enajenación mental; en ese caso, a la persona que tiene alrededor se la suele llamar “loca del coño”.

 

F

 

Feminista

En origen, adjetivo con el que se denomina a las mujeres (en raras ocasiones, también, a algunos hombres) que sostienen la creencia de que hombres y mujeres deben ser iguales en todos los niveles, y muy particularmente, en el económico, cultural, jurídico, político y social. Con la popularidad, el uso y el paso del tiempo, el adjetivo ha ido diversificando sus significados, ya que ha pasado a ser utilizado por determinados colectivos, en determinados momentos, para calificar cosas muy distintas, y aun antagónicas. Ejemplos:

 

a) Forma en que se autodenominan determinados hombres que están dispuestos a hacer cualquier cosa para que nadie les robe protagonismo, y menos que nadie, una mujer.

 

b) Forma en que se autodenominan determinados hombres, en la creencia de que eso les facilitará conseguir favores sexuales de las mujeres.

 

c) Forma en que se autodenominan determinadas mujeres de clase media alta o superior, que teniendo escaso o ningún conocimiento del significado original del término, quieren estar a la moda, en la creencia de que el feminismo lo es.

 

d) Forma en la que se autodenominan determinadas neolingüistas orwellanas, de distinto nivel de furibundez. 

 

f) En algunos sectores sociales (de notable sesgo masculino, aunque no únicamente) mujer fea y/o lesbiana.

 

g) En algunos sectores sociales (de notable sesgo masculino, aunque no únicamente), supremacista sexual (véase “feminazi”).

 

L

 

Lesbiana

1.      Mujer que siente preferencia sexual por otras mujeres. En rigor, se trataría de una mujer homosexual, pero la mala interpretación de la raíz griega “homo” (igual, lo mismo), erróneamente confundida con la palabra latina “homo” (hombre, varón) lleva a que no se les aplique la definición “homosexual”, que ha quedado circunscrita a los hombres que sienten preferencia sexual por otros hombres, y a las mujeres que no son lesbianas.

2.      En algunos sectores sociales (de notable sesgo masculino) denominación que reciben aquellas mujeres que se resisten incomprensiblemente a las propuestas de carácter sexual de un varón.

 

 

Lgtbi

Neologismo de complicada, difícil y enojosa pronunciación, con la que algunas personas cuyo principal rasgo identitario es no ser heterosexuales se vengan del agravio de constituir una minoría obligando al común de la población a pronunciarla, sin parar mientes ni en los peligros que ello comporta de sufrir calambres en la glotis ni en lo mucho o poco que a los otros les importe con quién se acuestan (salvo en el caso de que sea con niños o animales, lo cual constituiría delito). Algunos intentos de sustituir el término por otro de más eufónica pronunciación (ej.: “travelomaribollo”) no han logrado arraigar, y aún han llegado a ser considerados como ofensivos (véase: “ofensa”).

 

Liberal

En economía, persona que defiende que los mercados son entes titulares de derechos, y que éstos son más importantes y merecen mayor protección que los de las personas físicas.

 

N

 

 

Nación

Porción de terreno que se toma por diferente del resto, en función de criterios por completo arbitrarios, el principal de los cuales es ser el lugar de nacimiento de una porción del género humano que se toma por diferente del resto, según criterios asimismo completamente arbitrarios, el principal de los cuales es haber nacido en la antedicha porción de terreno.

 

Nacionalista

Persona que cifra su importancia como ser humano a haber nacido en algún sitio, en la creencia de que eso le hace especial, diferente y, con frecuencia, superior a los que han nacido en otro sitio. Es frecuente que desarrolle o mantenga animadversión hacia estos, tanto más virulenta cuanto mayor sea su proximidad geográfica, animadversión que se suele exacerbar si los otros también son nacionalistas de lo suyo. Aunque los que más animadversión le suscitan son los que sostienen que haber nacido en algún sitio es algo tan común y carente de mérito que tiene poca o ninguna importancia.

 

O

 

Ofendidito, a

Diminutivo con el que se denomina a una persona con tendencia a ofenderse por cualquier nimiedad. La concordancia del diminutivo se da tanto con la causa de la ofensa como con la capacidad intelectual del que se da por ofendido.

 

Ofensa

Cualquier frase u expresión, formulada por cualquier persona o colectivo, en cualquier momento o lugar. Siempre habrá alguien susceptible de sentirse ofendido por ella (véase: “ofendidito”).

 

P

 

Polla

Órgano urogenital a un extremo del cual suele encontrarse una persona del sexo masculino. No tiene funciones neuronales; sin embargo, algunos de los individuos situados a su extremo tienen tendencia a utilizarlo en sustitución del cerebro. En ese caso, de esa persona se suele decir que “piensa con la polla”.

 

R

 

Revolucionario, a

sust/adjt. con el que se denomina a (o, más frecuentemente, se autodenomina) una persona joven, perteneciente a la pequeña burguesía o clase superior, que presume de defender los intereses de las clases inferiores, en la esperanza de que, si éstas finalmente se rebelaran, le mantendrían sus privilegios o le reconocerían unos nuevos, en agradecimiento por los servicios prestados.

 

T

 

Tertulia

1: Nombre que recibe una región selvática situada al noroeste de Brasil, de donde son originarios cierta subespecie de monos, llamados por esta razón macacos de Tertulia, que tienen la curiosa costumbre de agruparse formando círculos para lanzarse, unos a otros, los excrementos que, previamente, han defecado en su mano.

2: Cónclave en el que se reúnen diversos individuos sin conocimientos destacables sobre ninguna materia en particular, para lanzarse los unos a los otros, y de forma más o menos agresiva, sus respectivas opiniones sobre cualquier materia, generalmente a cambio de una compensación económica. Estos cónclaves suelen ser públicos. Si se publicitan por audio se denominan “Tertulias radiofónicas”, y si lo hacen por medios audiovisuales, “Tertulias televisivas”.

 

Tertuliano

Adjetivo compuesto por la contracción de los términos “tertulia” (véase) y “ano”, con el que se denomina a los que participan en las primeras, con el fin de lanzar las opiniones que excretan por el segundo.

 

domingo, 31 de mayo de 2020

Capitalismo no es democracia


Hoy voy a recomendar una lectura tocha. Estáis avisados.
En contra de lo que se dice en la moto que tratan de vendernos desde las filas del liberalismo (económico) actual, ni el capitalismo (léase economía de libre mercado) conduce a la democracia, ni la democracia necesita de la economía de libre mercado (léase capitalismo) para asentarse (Milton Friedman, en particular, era un insistente vendedor de tan gripada moto); por el contrario, son sistemas de organización, económica el uno y administrativa el otro, que entran fácil y frecuentemente en conflicto, cuando no en antagonismo. Y, de hecho, nacieron peleados. Peleadísimos. De eso va el último ensayo que escribió en vida el recientemente fallecido historiador Josep Fontana (Barcelona, 1931-2018): Capitalismo y democracia, editado (muy bellamente, como es marca de la casa) por Crítica.

viernes, 24 de abril de 2020

jueves, 19 de marzo de 2020

El infierno y Texas

Yo no voy a dar acceso gratuito a ninguna novela mía para ayudar a sobrellevar este tiempo de confinamiento, como han hecho otros. En vez de eso voy a escribir una novela durante el encierro, y voy a ir colgando los capítulos aquí, en la red, día a día (o, mejor, cada dos días, para que me de tiempo a revisarlo, que esto lo estoy haciendo solo, no tengo editor ni nada, y qué bien me vendría uno para ayudarme en este embolado en el que me he metido yo solo). Será, pues, un folletín por entregas, y rabiosamente pulp: puro entretenimiento, que es lo que ahora hace falta. Será un cruce entre un spaguetti western y una película de vampiros de serie B. Esa es la idea de partida, pero no tengo idea de cómo voy a seguir con el argumento, eso lo improvisaré sobre la marcha; y, encima, no voy a poder reescribir los capítulos precedentes, porque ya estarán publicados. Pero ahí está la gracia. Empezaré mañana, día 21. El primer capítulo se titulará "Un pueblo llamado Transilvania, Texas".

lunes, 2 de marzo de 2020

¡Me cago en Godard!


Afirma Pedro Vallín, reputado crítico cinematográfico de La Vanguardia y autor del ensayo que se titula como este artículo, que si te crees intelectual y progre, no te sientas culpable por disfrutar como un enano viendo el último blockbuster de Hollywood. Porque el cine popular, el cine palomitero, el de Hollywood de toda la vida, es con frecuencia emancipador y vehicula ideas progresistas (sin pretender dar la brasa con ellas, lo cual es muy de agradecer), mientras que el cine de autor, sobre todo el europeo, suele tener un notable sesgo pequeñoburgués, autoindulgente y ensimismado. Y, encima, les encanta dar la brasa. Sí, Godard, estoy hablando de ti. Y de ti, Bergman, no mires para otro lado. Y qué decir de ti, Haneke, so cenizo. Y a ti, Lars Von Trier, que es que no hay quien te aguante. Señor, qué turra.

viernes, 21 de febrero de 2020

Beigbeder es inmortal


Frédéric Beigbeder comparte mucho con Michel Houellebecq: la nacionalidad francesa, una relación amistosa (o eso dice Frédéric; Michel, que yo sepa, nunca se ha pronunciado al respecto) el tener un apellido impronunciable, el gusto por la autoficción y la condición de enfant terrible de las letras francesas contemporáneas.  Por cierto, tiene su guasa que te consideren un enfant terrible cuando ya hace mucho tiempo que has perdido la posibilidad de cumplir los cincuenta; a partir de cierta edad (esa) aún se puede ser terrible (con frecuencia, en el peor sentido del término), pero enfant, nanay. Te pongas como te pongas.

sábado, 1 de febrero de 2020

Yo quería ser Marcello Mastroianni


La primera vez que vi La dolce vita, al salir del cine me dije: “cuando sea mayor, quiero ser Marcello Mastroianni”. Bueno, en realidad no me dije “cuando sea mayor”, porque por aquel entonces —era 1976, o 1977; quizá 1978, y con Franco recién muerto había en los cines una avalancha de estrenos de películas largo tiempo prohibidas por la dictadura; entre ellas El gran dictador, Viridiana y La dolce vita—aunque era un niñato recién salido del cascarón, aún imberbe y con la mayoría de edad todavía por estrenar—entre otras cosas que también tenía sin estrenar— ya me consideraba un correoso adulto. Santa inocencia.

domingo, 26 de enero de 2020

Isaiah Berlin, sobre el nacionalismo


A veces… bueno, no,  casi siempre: ante la avalancha apabullante de la actualidad, es bueno apagar la tele, o cerrar el buscador de noticias de Google, o lo que sea que use uno para picarse actualidad en vena a chorro continuo, y permitirse un poco de tiempo muerto para dedicarlo a la reflexión, a tomar perspectiva, a observar el conjunto en vez de estar constantemente pendiente de los constantemente cambiantes detalles. Para eso va muy bien sentarse en un sofá cómodo, servirse una copa y leer con tranquilidad a alguno de los pensadores que haya dedicado tiempo, neuronas y tinta a reflexionar sobre el problema que de tan rabiosa actualidad se nos antoja. Descubriremos así que, en el fondo, no es tan de rabiosa actualidad, siempre ha estado ahí.

domingo, 19 de enero de 2020

Que te calles, zorra


Mary Beard (distinguida latinista, catedrática de Clásicas en Cambridge y miembro de la Academia Británica, entre otros títulos igualmente rimbombantes) es, sin duda, la persona viva que más sabe sobre la Roma clásica. Ha sabido transmitir estos conocimientos al público no especializado en documentales de la BBC y una serie de ensayos históricos de carácter divulgativo, altamente recomendables (El triunfo romano, Pompeya, La herencia viva de los clásicos, SPQR) en los que la profundidad no está, en absoluto, reñida con la amenidad. Pues Mary Beard escribe muy bien; tiene un estilo ágil, entretenido y, con frecuencia, sutilmente irónico, que le habrían envidiado tanto el mismo Ovidio como el mismísimo Plinio el Viejo. O su admirado Tácito.