jueves, 12 de septiembre de 2019

Mujer en el espejo contemplando el desastre



         —Debería hacerme un retoque así—dijo María ante el espejo, mientras se estiraba la piel por detrás de las orejas, convirtiendo su rostro en una máscara tan tersa e inexpresiva como la de Michael Myers, el asesino de las películas de la saga Halloween.
—No, no deberías—dije yo. No me atraía nada la perspectiva de besar a Michael Myers en los labios de goma.
—Nada muy radical. Lo justo para hacer desaparecer las líneas nasogenianas y las patas de gallo.
—Pero a mí me gustan tus patas de gallo. Y tus líneas nasogenianas. Sea eso lo que coño sea.
María se giró para mirarme como si, de pronto, se hubiera dado cuenta, con cierto disgusto, de mi presencia en la habitación.