sábado, 28 de julio de 2007

Contactos (1)

Una vez me dio por apuntarme a una web de contactos. En teoría parecía una buena idea: una manera de conocer gente (bueno, vale: de conocer mujeres) mucho más allá de los restringidos límites del campo de relaciones sociales, sin necesidad de castigarse el hígado en los casi siempre patéticos bares de solteros, de forma cómoda y civilizada, desde el ordenador de casa.

viernes, 27 de julio de 2007

Carmen


Carmen había sido bailarina. En su casa guardaba, en una caja de zapatos, algunas fotos y programas de musicales en los que había trabajado. Colgadas en las paredes, había algunas fotos enmarcadas de ella ensayando con la barra, bastante más joven, aunque la verdad es que era difícil darse cuenta, apenas había cambiado. Carmen tenía casi cuarenta años, pero podía pasar por una chica de veintiocho sin levantar muchas suspicacias: una chica de veintiocho particularmente atractiva, con los pechos elevados y perfectos de una adolescente, un trasero con forma de melocotón y firmeza de manzana y una cintura que yo casi podía abarcar con las dos manos. Haberse pasado media vida en una compañía de danza y la otra media como profesora de aeróbic es lo que tiene. Eso sin contar unos bellísimos ojos azules, una nariz perfecta y una espectacular melena rubia ensortijada. Sí, Carmen era una mujer de una belleza excepcional. Su único defecto físico eran unos marcados juanetes en los pies, producto de demasiadas horas bailando sobre las puntas. Pues lo que son las cosas, siempre estaba hablando de lo feos que eran sus pies.