lunes, 16 de diciembre de 2013

El misterioso doctor Mercado, capítulo 14

drmercado15

La liga de los calvos siniestros

Últimamente el presidente llegaba a su despacho de Moncloa a las ocho en punto exactamente. “Desde que se ha vuelto tan raro es más puntual que nunca” pensó su secretaria. Ya se había acostumbrado a tener preparado, a esa hora, un desayuno a base té de jazmín, leche de soja con miel, pescado al vapor con algas, verduras en escabeche y un panecillo shaoping. Por suerte los de personal habían encontrado un cocinero chino, de Shangai, que preparaba los desayunos exactamente según los nuevos gustos del presidente. A lo que no se había acostumbrado la secretaria, ni se acostumbraría nunca, era a la forma en que el presidente la traspasaba con la mirada desde que los ojos se le habían vuelto verdes. Sus nuevos ojos le daban escalofríos.

lunes, 9 de diciembre de 2013

La carcajada siniestra

garrapataDentro de la escasa tradición de la novela negra española, Leo Coyote destaca por una serie de características. Sí, la novela negra, en España, tiene muy poca tradición. Tan poca, que los escritores españoles de novela negra suelen apoyarse en tradiciones foráneas, y suele notárseles, con frecuencia demasiado. Antes se les notaba más el ramalazo anglosajón, y ahora se les nota más el ramalazo escandinavo, lo que es peor. Incluso a la mejor novela negra española, la más española, la que desarrollaron Andreu Martín, Juan Madrid, González Ledesma et al., en los años ochenta, se le nota cierto ramalazo francés, a veces por la parte de Manchette (Martín) y a veces de la parte de Simenon (González Ledesma).

miércoles, 4 de diciembre de 2013

El misterioso doctor Mercado, capítulo 13

drmercado14El presidente encuentra a Dios

Damián volvía a estar sentado sobre un saco de dormir enrollado, con la espalda recostada sobre una mochila astrosa, a cubierto dentro del cajero automático donde solía pernoctar, en compañía de Dios, antes de convertirse en agente del Hombre de Negro. Iba vestido con ropa vieja, llevaba una gorra con la visera bien calada sobre los ojos y un pañuelo palestino liado al cuello, tapándole la parte inferior de la cara todo lo que era posible sin parecer que iba embozado a propósito. Desde debajo de aquel embozo observaba con disimulo la calle, y la gente que deambulaba por ella y ante él. No hacía mucho que había ocupado aquel sitio y vestido aquella indumentaria por pura necesidad, y no siguiendo órdenes de su empleador. Porque ahora estaba allí siguiendo órdenes: el Hombre de Negro le había enviado un mensaje aquella misma mañana, ordenándole que por la tarde estuviera en aquel sitio y de esa guisa, y que allí le esperara. No sabía qué debía esperar, ni tampoco lo preguntó. Ya había aprendido que las órdenes de su misterioso jefe ni se comentaban ni se discutían.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Un poco de Kurt Vonnegut es mucho

la-cartera-del-cretinoSeis años llevamos ya sin Kurt Vonnegut. Aunque, como suele pasar, no han sido seis años sin novedades sobre Kurt Vonnegut: hasta tres libros de escritos inéditos han salido durante en ese periodo de tiempo. Los dos primeros (Mire al pajarito y Mientras los mortales duermen) los editó Sexto Piso; esta cartera del cretino, la recién estrenada Malpaso. En cuanto al contenido no hay mucha diferencia: como los anteriores, esto es una recopilación de relatos breves y algún ensayo. Aunque hay que reconocer que los de Malpaso se han esmerado mucho más con la edición; y no solamente por la ajustada traducción de Ramón de España. De hecho, los de Malpaso hacen libros-objeto muy bonitos, de tamaño cuartilla (el tamaño aproximado de un palmo humano), con tapas duras, lomo plano, guardas negras, portadas en elegante blanco y negro con mucho blanco, buen papel, buena maquetación y cortes teñidos de color; naranja, en este caso. Vamos, que son unos libritos muy monos. Y, además, con la compra de su versión física te regalan su versión virtual (sólo en formato epub, eso sí. Malas noticias para los usuarios de Kindle). Claro que un libro no se debe juzgar por las tapas, sino por su contenido. Pero es que su contenido es cosa de Kurt Vonnegut ¿oigo a alguien al fondo preguntar quién es Kurt Vonnegut? Por Dios santo…

domingo, 1 de diciembre de 2013

Willy Uribe, diez y K.O.

omphalosLa prosa de Willy Uribe es como un uppercut: sorprendente, veloz e impactante. También es elegante como un uppercut propinado por Sugar Ray Leonard, y demoledora como un uppercut propinado por Roberto “Mano de piedra” Durán. Con esa prosa, Willy escribe novelas breves como un combate de Mike Tyson cuando Cus D’Amato aún era su entrenador, que dejan al lector más noqueado que George Foreman tras el octavo asalto con Muhammad Ali.