sábado, 22 de junio de 2013

Post-Neo Western

the-sisters-brothers—¡Coño, una novela del Oeste! ¿Cómo le vamos a vender esta moto a nuestra clientela habitual de exquisitos, modernillos y gafapastas?

viernes, 21 de junio de 2013

El viaje a ninguna parte (literatura y crisis)

en-la-orillaEn Las uvas de la ira, que pasa por ser la novela definitiva sobre la recesión de los años 30 en Estados Unidos, John Steinbeck utilizó como metáfora el viaje. El que emprendían, entre Oklahoma y California, las víctimas de la recesión, personificados en la familia Joad, campesinos arruinados y proletarizados, buscando a la desesperada una forma de sobreponerse a la miseria que los ahoga. En En la orilla, que algunos han saludado como la novela definitiva sobre la recesión del primer cuarto del siglo XXI en España (sí, del primer cuarto de siglo: llamadme agorero, llamadme exagerado, y rezad porque no se convierta en la recesión de la primera mitad del siglo XXI), Rafael Chirbes utiliza como metáfora un pantano. Los españoles que Chirbes retrata a través de Esteban, el carpintero que se soñó próspero inversor y se despertó en la miseria, no se lanzan a buscar un nuevo horizonte en el que sobreponerse, sino que se quedan donde estaban, hundiéndose en el pantano de su propia mierda, la que han ido acumulando desde hace mucho, mucho tiempo. Como metáfora de la situación española, no puede ser más adecuada.

lunes, 10 de junio de 2013

El misterioso Doctor Mercado, capítulo 3

drmercado3¿Quién es El Hombre de Negro?

Le despertó la luz del sol entrando por la ventana. En un primer momento no supo donde estaba. En el momento siguiente lo recordó todo: su aventura nocturna en el parque de atracciones del Tibidabo, su encuentro con el Hombre de Negro y la extraña propuesta que le había hecho: trabajar para él. Se preguntó si no habría sido un sueño. Porque conseguir un trabajo hoy en día era un sueño, aunque no te lo ofreciera un enmascarado vestido de negro que te asalta en mitad de la noche. Pero si todo había sido un sueño aún debía estar soñándolo, porque aquel apartamento en el que se había despertado no se parecía nada a la cabina del cajero automático donde había estado durmiendo con Dios durante el último año. Ni aquella cama sobre la que se había despertado se parecía en nada al viejo saco de dormir que había estado usando como lecho durante ese mismo tiempo.

domingo, 2 de junio de 2013

El misterioso Doctor Mercado, Capítulo 2

drmercado2“Ahora su vida me pertenece”

Tras despertarse y ver a Dios roncando a su lado, Damián recordó que aquel día cumplía un año desde que empezara a dormir en la calle, o mejor dicho, en aquel cajero automático que compartía con Dios. Y tomó una decisión: Sacó del fondo de la mochila el par de zapatos, el traje gris, la camisa blanca y la corbata que guardaba, limpios, planchados y bien empaquetados dentro de una bolsa de plástico de tintorería, por si, por algún milagro, alguien le convocaba a alguna entrevista de trabajo. Se vistió con todo ello, le regaló a Dios el resto de su ropa y la manta con que se envolvía para dormir y le dijo que se iba. Que ya tenía bastante de vivir en un cajero automático.
—Vete con Dios—le dijo Dios.