Augusto y Los Picaneros, famoso grupo chileno de rock duro de los años 70. |
Pero la verdad es que tienen razón, fue un régimen militar, y como todos y cada uno de los regímenes militares que han existido en el mundo a lo largo de la historia, una dictadura. Así que el cambio de denominación no podía ser más inútil ni más redundante, y para qué tomarse la molestia, salvo por las mismas razones que esgrime en España cierta derecha para calificar al régimen de Franco de autoritario, no totalitario: que suena como menos feo y pinta al feo dictador con unos colores un poquito más agradables (o cuando menos un poquito menos desagradables).
Tanto uno como otro caso, en Chile como en España, son intentos de aplicar la lógica de descafeinización del lenguaje políticamente correcto a la memoria de los dictadores. Lo siguiente supongo que será afirmar que la de Pinochet “fue, sin duda, una dictadura históricamente necesaria, muy llevadera y con un balance positivo no ya bueno sino espectacular” que hizo posible la actual democracia chilena. No, no se rían, eso mismo están empezando a decir algunos en España de la de Franco. Y tras eso, lo siguiente puede ser descubrir la asombrosa verdad histórica oculta: los muertos durante la represión no estaban muertos, que estaban de parranda, y los desaparecidos es que se habían ido de vacaciones.
Cualquier día nos salen en Argentina con una milonga parecida sobre Videla. Y en Italia sobre Mussolini, que total, sólo era un líder populista que respetó el orden monárquico. Y de Hitler qué les voy a contar. Ese heroico defensor de las democracias europeas contra el comunismo. Por eso las invadía, para evitar que las invadieran los bolcheviques antes. Vaya, que cualquier día voy a tener que colgar en este blog un post que lleve por título: Hitler era un dictador, pero poquito.
Tiempo al tiempo.
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