Expresaba ayer aquí mis sospechas de
impostura sobre la persona de Alessio Rastiani. Parece que mis sospechas eran
infundadas: Alessio Rastiani es, más o menos, quien dice ser: The Yes Men han desmentido que tenga nada que ver con
ellos. La BBC también ha salido al paso de los rumores, arguyendo que habían
hecho los deberes antes de llamarle a declarar como experto en uno de sus
programas. Démosle un voto de confianza a la antigua fama de rigor de que goza
la BBC.
El mismo Rastiani, haciendo
gala de la brutal sinceridad que le caracteriza, ha reconocido que es una
persona que “busca notoriedad”, y que no mintió, pero quizá jugó un poco al
equívoco de los sobreentendidos con su currículum: técnicamente es un trader de la City londinense, pero ni
está inscrito en ningún lado ni trabaja para nadie: vaya, que en realidad es un
tipo que juega en bolsa con su propio dinero.
Tanto mejor: si Alessio exageraciones aparte) es quien dice ser, sus
declaraciones tienen mucho más valor.
Durante este corto espacio de tiempo, la indignación que sus
declaraciones han despertado ha subido como la proverbial espuma en las redes
sociales. Indignación que, en su mayor parte, dispara sus dardos contra la
persona de Alessio, lo que me parece que es errar el objetivo. Porque, en realidad, Alessio
nos ha hecho un gran, un enorme favor. Alessio se ha atrevido a levantar el dedo, señalar
al emperador y decir en voz alta que está desnudo. En voz lo suficientemente
alta y por los canales adecuados (el medio es el mensaje, desde luego: McLuhan no
podía haber acertado más) como para que nadie pueda ignorar haberlo oído. Por
ello, Alessio Rastiani es mi héroe. Algún día, si conseguimos domeñar los
mercados y recortar el poder del Gran Dinero en nuestro sistema democrático,
tendremos que levantarle un monumento a Alessio Rastiani, y ponerle su nombre a
una calle. O a varias. En agradecimiento. Porque si conseguimos eso, habrá sido
en buena parte gracias a él. Gracias a que un día, en un programa de la BBC,
con su pinta de figurante de un remake de Wall
Street (the movie), levantó el dedo
y dijo en voz alta lo que todo el mundo sabía y muchos se empeñaban en ignorar:
que el emperador está en calzoncillos.
3 comentarios:
Pero, estás seguro de darle ese voto de confianza?
Los documentales de vida salvaje de la BBC son muy buenos.
Saludos.
Ah, la deuda, la maldita deuda. ¿Pero a quién se le ocurrió darle tanto poder a los mercados? ¿A quién?
Saludos.
No a la deuda. Cualquiera.
Bueno... la BBC mete la pata como cualquiera, y de hecho puntúa alto en el churnalómetro (algún día hablaré del churnalómetro; en esencia, es un programilla que mide la cantidad de churnalismo que aparece en un medio de prensa; o sea, la proporción de copia literal de las notas de prensa)pero es cierto que, en cuanto a rigor, sobresale por encima de la media de los media.
Un saludo.
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